Brecha – Terrorismo de estado mundial

En febrero de 2003 trece agentes de la CIA secuestraron en Milán a un ciudadano egipcio, para trasladarlo a Egipto donde hoy seguiría desaparecido. Ahora un fiscal italiano emite una orden de búsqueda y captura para los secuestradores que desvela la vigencia de un nuevo Plan Cóndor.


Gennaro Carotenuto,
Desde Roma


TRECE AGENTES DE la CIA están buscados en toda la Unión Europea. Un informe de 104 páginas los acusa del secuestro del ciudadano egipcio Abu Omar, 41 años, ex combatiente en Bosnia y Afganistán, sospechoso de actuar como reclutador de organizaciones terroristas y refugiado desde 1997 en Italia. El informe del fiscal de Milán, Guido Salvino, justifica el pedido de búsqueda y captura y desvela las prácticas terroristas de la agencia en el ámbito de la doctrina de George W Bush, la misma que ha justificado la desaparición de 3.000 personas en Estados Unidos después del 11 de septiembre. La CIA conduce, en colaboración con otras instituciones del gobierno estadounidense y con el concurso de gobiernos amigos en Oriente Medio, un plan de secuestro y eliminación de adversarios políticos absolutamente idéntico al conocido en América Latina como Operativo Cóndor. Para los crímenes de lesa humanidad son utilizadas como coberturas sedes diplomáticas estadounidenses y son disponibles operativamente las bases militares de este país en el mundo. En el caso de Abu Omar, la cobertura del jefe de la operación, Bob Lady, 51 años, con un pasado como colaborador de John Negroponte en la guerra sucia en Honduras, no podía ser mejor. Este actuó a la luz del sol como cónsul estadounidense en Milán entre 2000 y 2004, siendo en realidad el jefe de la agencia para todo el norte de Italia.


Abu Omar es secuestrado en la vía pública en Milán el 17 de febrero de 2003 por un comando de nueve personas, individualizadas como agentes de la CIA. En los papeles de Salvini se demuestra que los nueve viajaban junto al secuestrado hasta  la base militar estadounidense de Aviano, a unos 100 quilómetros de Milán. Los delatan los celulares que permanentemente registran llamadas a distintas bases militares y a la central de la CIA, en Langley, en el estado de Virginia, Estados Unidos. Tanta seguridad y frivolidad -Lady utilizaba un celular del consulado- dejan abiertas las puertas a muchas inquietudes. ¿El gobierno italiano estaba informado? Las tardías declaraciones que niegan cualquier involucramiento no convencen. Si no supieron ni autorizaron, está claro que el mayor aliado de Italia no tenga ninguna consideración para la soberanía de este país. Si supieron y autorizaron entonces son cómplices de una acción que, para las leyes italianas sigue siendo un crimen gravísimo que puede llevar a la condena a cadena perpetua. ¿En este ambiguo contexto, entonces, la actual indagación es el máximo esfuerzo para castigar a los reos o el mínimo indispensable, en un país como Italia donde la acción penal es obligatoria? Policía y servicios italianos ?que ahora critican a los aliados- que estaban espiando a Abu Omar desde hacía tiempo, ¿por qué no se enteran del operativo y deben pasar dos años antes que se abra la investigación? ¿Cuántos casos ?Abu Omar? hubo en Italia, en Europa y en el resto del mundo y con qué complicidades?
Subida en un furgón, la víctima tiene como primera meta Aviano. Ahí es interrogada y torturada. Se la traslada a la base de Ramstein a Alemania de donde lo llevan a Egipto. Al día siguiente llega Bob Lady, que no ha participado materialmente en el secuestro. Hay evidencias de que el mismo Lady está presente durante las primeras dos semanas de tortura. Lady, el único de la banda que permanece en Italia después del secuestro, se encuentra ilocalizable desde el pasado 9 de enero 2005. Su esposa, que vive en la región de Piamonte en una casa comprada en 350.000 euros pocos meses después del secuestro, declara que Lady está a salvo en Estados Unidos; un Posada Carriles más. A pesar del revuelo que también en Estados Unidos ha creado el asunto, todos los expertos de derecho internacional consideran nulas las posibilidades de que el gobierno de Bush extradite a Italia a Lady y sus cómplices, en la remota hipótesis de que el ministro de Justicia del acepte el pedido del fiscal Salvini.


La suerte de Abu Omar sigue siendo incierta. Seguramente fue torturado durante meses. El 20 de abril 2004 fue puesto en semilibertad con daños permanentes en la vista. Logra comunicarse con su esposa y vuelve a desaparecer. Distintas fuentes ofrecen versiones distintas, que van desde la prisión en Egipto -donde es casi imposible averiguar- hasta que esté colaborando con sus captores, o que haya sido asesinado.


CIENTOS DE SECUESTROS. Ni siquiera explorando la galaxia informativa islámica se encuentran datos sobre la entidad de las ?entregas extraordinarias?. Hay evidencias de que además de Egipto hay entregas de prisioneros a Marruecos, Jordania, Pakistán y Uzbekistán. Según Bruce Jackson muchos de los 3.000 ciudadanos musulmanes arrestados ilegalmente después del 11 de septiembre habrían sido entregados en secreto a países donde la tortura y el asesinado extrajudiciales son prácticas diarias. Como la globalización económica deslocaliza las industrias para abaratar el costo del trabajo, así la globalización del terrorismo secuestra en el norte y deslocaliza las víctimas hacia el sur, donde más barato se cobran las violaciones de los derechos humanos. Sólo a Egipto la CIA habría entregado por lo menos a 70 secuestrados en todo el mundo. Lo admite con todo candor quien considera la tortura como una práctica normal, Ahmed Nazif, primer ministro de la dictadura filoestadounidense de ese país. Nazif, en una entrevista a la NBC, considera las devoluciones ?rendition en inglés- normales. El fiscal Salvini escribe que una práctica ilegal tan grave y masiva se cumple hoy día casi a la luz del día. Los estadounidenses no se limitan al secuestro y a la devolución al país interesado si no hay testimonios de que participen activamente en la tortura. Michel Scheuer, ex CIA arrepentido, testimonia que ha visto operaciones de secuestro y entrega aprobadas directamente por el NSC, el Consejo para la Seguridad Nacional.


Fuentes cercanas a los servicios jordanos, contactadas por BRECHA en Amman, nos ofrecen algunos detalles importantes: en el país habría por lo menos un centro de detención clandestina donde han sido trasladados al menos diez secuestrados. Los secuestros están todos a cargo de la CIA. La agencia no permite a los servicios de países árabes amigos operaciones de esta envergadura en países occidentales. El diario no gobernativo ?decir opositor sería demasiado para Jordania- Arab Yliom incluye entre los secuestrados a Maher Arar, un ciudadano canadiense de origen sirio trasladado a Jordania en 2002 después de haber sido secuestrado en el aeropuerto de Nueva York. Hay suficientes evidencias  para demostrar ?a quien quiera ver- cómo, aprovechando del 11 de septiembre, el gobierno de Estados Unidos dirige un plan terrorista a escala mundial para eliminar opositores y presuntos terroristas que atropella cualquier noción conocida del derecho internacional.