El máximo responsable antiterrorista de Gran Bretaña sabía que Jean Charles de Menezes, el ciudadano brasileño asesinado por la policía en Londres el 22 de julio de 2005, no era un terrorista. Y sin embargo ocultó intencionalmente esa información al jefe de la policía, Ian Blair.
Gennaro Carotenuto
El reporte de la comisión independiente de la policía (ipcc) dado a conocer ayer jueves en Londres reveló una nueva mentira que vuelve aun más siniestro el caso del joven brasileño asesinado en Londres el 22 de julio de 2005. Aquel día, el máximo responsable antiterrorista de Gran Bretaña, Andy Hayman, se enteró de inmediato de la identidad de la víctima de las fuerzas policiales, y sin embargo siguió ocultando esta información a su superior directo, Ian Blair, jefe de toda la policía británica, que recién habría sido informado el día siguiente. Durante la tarde, varias horas después del asesinato, Hayman siguió declarando, también en una rueda de prensa, que el muerto era Hussein Osman, sospechoso de haber participado de un intento de atentado el día antes en Londres, dos semanas después de los atentados del 7 de julio que dejaron un saldo de 52 muertos.
La ipcc confirmó en el informe dado a conocer ayer que Hayman tuvo en sus manos evidencias claras, tales como tarjetas de crédito, permiso de conducir, recibos de cuentas pagadas, que demostraban de manera incontrovertible la identidad de Jean Charles de Menezes, un muchacho brasileño inocente. Tenían también su foto y su libreta telefónica llena de nombres ?latinos?, pero Hayman guardó la información hasta el día siguiente.
Estas últimas revelaciones se suman al castillo de mentiras contado por la policía británica para justificar el asesinato: llevaba un abrigo pesado, entró en el subte sin pagar, intentó escaparse y tenía la visa vencida. Cuando De Menezes salió tranquilamente de su casa del sur de Londres a las 9.30 de la mañana, fue confundido por la policía con Hussain Osman, un sospechoso de los fallidos atentados del día anterior, y comenzó a ser seguido.
En los siguientes minutos llegó al grupo de tareas la llamada ?identificación positiva?. A las 10 fue asesinado a sangre fría con siete balazos en la cabeza. La verdad es que no le fue dejada ninguna posibilidad, y fue acribillado en la cara porque ?según trascendió? la orden del entonces primer ministro Tony Blair era ?shoot to kill?, tirar a matar. Así que en aquellos 30 minutos y tras aquella ?identificación positiva?, De Menezes fue procesado, condenado a muerte y ajusticiado sin apelación.
El pasado mes de mayo los miembros del grupo de tareas fueron completamente absueltos de cualquier acusación: ejecutaron órdenes. El informe del jueves tiene dos consecuencias. Por un lado se aliviana la posición de Ian Blair, el niño mimado de la clase política británica, salvado ya de innumerables escándalos. Pero por otro lado, podría ser enjuiciado. Sería el único a ser procesado por el asesinato de Jean Charles.