Gennaro Carotenuto En el silencio de los medios de comunicación internacionales Mexico va hacia un cambio autoritario. Come el sueco Leonardo Henrichsen, el 29 junio 1973 en Santiago del Chile, tambien Brad Will, el fotógrafo de Indymedia asesinado el viernes, vió en la cara su propria muerte. Mientras tanto justamente en estas horas está desencadenándose la represión sin límites a Oaxaca, en el sur de Mexico, se acerca la toma de posesión del ilegítimo presidente neofalangista Felipe Calderón, las pacíficas protestas populares no aceptan de doblegarse al abuso, y la derecha está dispuesta a todo para normalizar el país. De Oaxaca, los resistentes, cada vez más cercados, pero decididos a no renunciar, piden una sola cosa: informar.
El asesinato a sangre fría de Brad Will, el fotógrafo de Indymedia muerto por un policía en Oaxaca (en la foto) marca un punto de no regreso. En Oaxaca la población civil, los maestros, los estudiantes, están 
resistiendo desde cinco meses a la posesión del impresentable Ulíses Rúiz, gobernador elegido a golpes de fraudes por el eterno PRI, apoyado por el Presidente Fox del PAN. Brad Will es solamente el quinceavo muerto de una huella di sangre sembrada por paramilitares, policías y sicarios a pagamento de Rúiz a Oaxaca en estos meses. El viernes fueron asesinadas otras tres personas además de Brad Will: un maestro, un estudiante, una madre.
Mientras la situación en Oaxaca precípita, el homicidio de Brad Will no puede no recordar aquel de Leonardo Henrichsen en Santiago el 29 junio 1973. Aquel día, pasado a la historia como el “tanquetazo”, pruebas generales del golpe de estrado contra el presidente 
Allende, los militares chilenos decidieron asesinar -exactamente como con Brad Will- un reporter extranjero a sangre fría y a la luz del sol. Era Leonardo, que estaba filmando su propio asesino cuando este (en la foto) le disparó a sangre fría. Cayó filmando su propia muerte. Era un grande periodista Leonardo Henrichsen. Ya había reporteado, para la televisión sueca, 21 golpes de estado en América Latina. Su asesino le impidió de reportear el vigésimo segundo, aquel del 11 de septiembre. Fox, y todavía más su sucesor Felipe Calderón, están tratando de hacer precipitar la situación comprometiendo el ejército mexicano en un cambio autoritario porqué tienen razón de creer que solo de esta manera podrán perpetuar su poder en México.
El capítulo mexicano del “Encuentro mundial de intelectuales y artistas en defensa de la humanidad”, lanza un llamado a solidarizar con la APPO, l a Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, en el momento que el gobierno de Vicente Fox ha transportado a Oaxaca, con un puente aéreo, un ejército de 4.000 miembros de la Policía Federal Preventiva contra las barricadas, la Universidad, las asambleas de barrio. Radio Universidad de Oaxaca, por el momento, todavía continúa a transmitir. Sin embargo denuncia el inicio de la represión, varios actos de provocadores, y que la Policía Federal está acercándose a las instalaciones de la radio para poner fin a las transmisiones. La APPO exige que la policía regrese a sus cuarteles e invita ad ofrecer resistencia pacífica y pasiva a la represión, invita a manifestar a le 14 horas di Oaxaca en el centro de la ciudad y registra la solidaridad desde todas las partes del mundo.
Una vez más los medios internacionales, que escondieron por dos meses a la opinión pública mundial las protestas de tres millones de mexicanos en Ciudad de México contra los fraudes electorales que llevaron a la presidencia el falangista Calderón, continúan a ignorar una situación explosiva en una ciudad de tres millones de habitantes como Oaxaca y en todo México, un país clave de 100 millones de habitantes.
En este momento Oaxaca está aislada del mundo. El aeropuerto está ocupado por el ejército y suspendidos los vuelos de línea y las calles de entrada a la ciudad están cerradas.
Es simbólico que el mayor diario italiano de centro-izquierda, La Repubblica, en su edición online, se distingue en el tergiversar, en mentir y apoyar el gobierno de derecha mexicano del cuál hace propios, sin comillas, todas las tesis y lenguaje, definiendo los maestros y la población civil en huelga como facinerosos y alardeando un Fox “renuente a usar la fuerza”.
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