El programa Barrio Adentro
Según el pensamiento único neoliberal la salud es una mercancía. Según la declaración universal de los derechos del hombre es un derecho humano. Después de concluir, como haría Aristóteles, que el neoliberalismo está en contra de los derechos humanos, en la Constitución de la Venezuela bolivariana decidieron que la salud es un derecho -gratuito- de todos y, cosa descabellada, decidieron cumplir.
Por Gennaro Carotenuto
Desde Caracas
Con el reto de ofrecer a todos atención médica primaria gratuita nació la Misión Barrio Adentro, probablemente la más importante y exitosa entre las implantadas por el gobierno de Hugo Chávez. En un país donde la salud ha sido históricamente privada y privatizada y donde simplemente no había atención primaria pública ni médicos dispuestos a atender pobres, la única posibilidad era la cercana Cuba.
Ésta produce profesionales y médicos en sus universidades y tiene hoy en día un médico cada 120 habitantes, uno de los índices más altos del mundo.
En un complejo acuerdo que simplificaremos en el intercambio petróleo-salud, a más de 300 de los 330 municipios en los cuales se divide Venezuela han llegado alrededor de 18 mil médicos cubanos que están colaborando con unos 1.200 médicos venezolanos. Éstos, en un plazo de unos cinco años, deberían integrarlos y sustituirlos. Todos juntos, en los últimos 18 meses, han atendido a al menos 17 millones de venezolanos, con unas 100 millones de consultas entre domiciliarias y ambulatorias y desarrollado cientos de miles de actividades educativas. Los médicos cubanos están llamados a cumplir períodos de 24 meses en Venezuela, viviendo en las mismas condiciones -paupérrimas y a veces degradantes- junto a la población local. Al menos uno ha sido asesinado en un atentado en los primeros días de la misión. Ganan unos 200 dólares por mes. Fuentes oficialistas venezolanas dijeron a BRECHA que las bajas, personas que abandonaron la misión para no volver, no superan las 30 o 35, mientras, sin ofrecer ninguna prueba, la oposición decuplica este número. Calculan salvar al menos 380 vidas a la semana y lamentan que el boicot de los médicos venezolanos empleados en los hospitales públicos les impida ofrecer aun más.
A nadie escapa que Barrio Adentro es también una gigantesca operación de consenso político. La oposición, desde su inicial, firme e histérico rechazo, hablaba de demagogia, populismo, definía la misión como inviable, un despilfarro de dinero público, afirmaba que los cubanos no eran otra cosa que paramilitares comunistas llamados a preparar la dictadura. Hoy, cuando los médicos cubanos ganaron la confianza de millones de venezolanos, la oposición afirma que la misión debería continuar también sin Chávez. Un absurdo que atestigua su éxito y sus logros.
Según el representante en Venezuela de la Organización Mundial de la Salud, Renato Guzmao, ?lo que parecía imposible lograr en décadas -ofrecer a los indígenas y pobres que jamás tuvieron acceso a ningún programa de salud y a las clases medias que han pagado precios altísimos por la privatización, servicios sanitarios efectivos y gratuitos- de repente se ha logrado con una simple decisión política?. Para Guzmao ?que lo hagan médicos cubanos o marcianos no le importa a la oms. Lo importante es que con Barrio Adentro se atienden de manera rápida, objetiva y oportuna 17 millones de personas. Y que la misión sea irreversible?.